domingo, 1 de abril de 2018

La posición del creyente en la resurrección de Cristo


Efesios 2:4-6
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos). Juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús

El creyente convertido a Cristo, está vitalmente unido a Él. La palabra juntamente del verso 6 relaciona directamente al creyente con Cristo quien ha resucitado de la muerte y ha sido glorificado.

El apóstol en estos versos expresa la posición continua que relaciona al creyente de estar en Cristo al haber sido unido previamente por el Espíritu al creer. 
Estar en Cristo, que es la posición del que ha creído, es participar de todo lo que Cristo ha hecho, de lo que Él es y todo lo que Él será perpetuamente.

Se trata de haber muerto en su muerte, haber sido sepultado en su sepultura, haber sido levantado en su resurrección y haber ascendido en su ascensión y estar sentado con Él ahora, por el hecho de estar en Él por esa unión.
Esta es la forma en la que el creyente está posicionado en Cristo Jesús y este posicionamiento es la garantía de lo que será en el futuro, cuando Cristo, quien es nuestra esperanza y vida, se manifieste.

Colosenses 3:1-4
Por lo tanto, ya que habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas del cielo, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pensad en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues vosotros habéis muerto, y ahora vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cristo es vuestra vida. Cuando Él aparezca, vosotros también apareceréis con Él y tendréis parte en su gloria. 

Además de que se nos exhorta a vivir de una manera digna, este pasaje nos enseña que el creyente no sólo ha muerto en la muerte de Cristo, sino que toda nuestra vida está guardada en Cristo y como ya se demostró, la expresión "en Cristo" , define la posición y las posesiones que mantiene el creyente desde ahora y para la eternidad por estar unido a su Salvador, Nuestro Señor Jesucristo. 
Por tanto, si leemos en Romanos 6:5
Si fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 
se nos asegura a los creyentes que con la misma certidumbre con la que hemos participado en la muerte de Cristo, así también es la seguridad con que participamos en su resurrección. Es entonces por la resurrección de Cristo que el creyente es hecho digno de entrar a la nueva creación. Cristo no murió, ni resucitó de los muertos para su propio beneficio sino que lo fue en nuestra sustitución y nuestra representación. El creyente con la resurrección de Cristo, es verdaderamente levantado de los muertos para entrar a una vida de inmortalidad.

Realmente es difícil que una persona pueda decir, cuál será el estado del creyente estando ya en Gloria, pero la Biblia nos lo presenta una y otra vez con diferentes pasajes, con el fin de que nuestra mente reciba esa ayuda para al menos imaginar la perfección infinita que será el convertido a Cristo al ser una nueva criatura en Cristo Jesús.
2Corintios 5:17
 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criaturan es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. 
No es un asunto imaginario, es una realidad, porque Cristo mismo por medio de su resurrección ha entrado a una nueva esfera de existencia que jamás ha sido vista antes en el universo. Cuando estaba en la tierra y antes de su muerte, Él era Dios manifestado en carne, era un ser humano como nostros, nacido de mujer y murió como hombre, pero ahora y por su resurrección, Él es Dios-Hombre manifestado en un cuerpo resucitado de infinita perfección y de gloria, y así tendremos también un cuerpo glorificado e inmortal.

Cuando Juan vio al Cristo Glorificado, descrito en Apocalipsis 1:12-18, él cayó a sus pies como muerto, y es muy importante esta descripción para los creyentes, porque un cuerpo glorificado semejante es el que el creyente poseerá. Es de esa gloria de la que el creyente ha de participar, como lo enseña 1Juan 3:2
 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal como Él es 
Todo esto depende totalmente de Nuestro Salvador Jesucristo y en lo que Él ha sido y ha hecho para el creyente, como lo es La Obra de Redención por medio de su muerte y la gran Transformación por medio de su Resurrección.
Cristo es ahora y por siempre el Señor de la Gloria y la Cabeza por derecho de la nueva humanidad que Él está reuniendo.

Hoy es el día, hoy es tu momento, recibe a Cristo como el Señor de tu vida.
 



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